Hola, Amigos de  Bienvenidos a mi nuevo post! 


Quiero compartir con ustedes esta linda y a la vez triste noticia. Por ahí los que no sean uruguayos no lo van a sentir tan íntimamente, pero seguro que el gesto sí lo van a valorar. 

En fin, se que es un poco largo, pero los invito a tomarse el tiempo de leerlo. No es totalmente actual porque no logré juntar el tiempo antes para desarrollarlo bien, como se merece. 


Una dosis de buena onda a esta hora (o a cualquiera, de hecho) viene bárbaro. 

Así que vayamos por partes


La noticia

Murió la elefanta Yothi 

La Intendencia de Montevideo informó que murió la elefanta hembra Yothi (Elephas Maximus), perteneciente al zoológico de . El animal tenía aproximadamente 60 años y padecía artrosis.




El animal presentaba una patología crónica osteoarticular, progresiva e irreversible, denominada artrosis. Dicha enfermedad reumática -la más frecuente en ejemplares de su especie en cautiverio- comprometió la vida de la elefante, al no poder este mantenerse en pie por el intenso dolor que sufría. 

Yothi fue atendida por el cuerpo veterinario y acompañada hasta el último momento por los funcionarios del zoológico, quienes “demostraron una entrega y dedicación destacable”, según la  de la Intendencia. 

El comunicado agrega que la pérdida del animal “provocó una gran pena en todos aquellos que de alguna manera acompañaron su vida”. La comuna asegura que no se escatimaron recursos a la hora de evitar sufrimientos mayores. 

El zoológico de Villa Dolores había cerrado el jueves y su director, Fernando Cirillo, había dicho a 180 que se manejaba la posibilidad de sacrificar al animal para que no sufra. 

Yothi ingresó al zoológico junto a su pareja macho en el año 1969. Originariamente el destino de los animales sería territorio brasileño, pero restricciones aduaneras referentes a un brote de fiebre aftosa les habría impedido el ingreso al vecino país. Finalmente fueron acogidos por la comuna capitalina e instalados en Villa Dolores. Se estima que la elefanta tenía más de 60 años. 



Partamos entonces de la lamentable muerte de Dothy (algunos la llamaban Yothi). 




Para los que vivimos la infancia en Montevideo, por no decir en Uruguay, Dothy era sí o sí una figura entrañable. 






Ojo, no me hago ahora el cariñosito super amante de los animales. Si te digo la verdad, me enteré del nombre ahora que se murió... 






Pero Dothy era "el elefante del zoológico". Bueno, ahora me vengo a enterar que era elefantA, pero no importa. Dothy era, para mi, "el elefante". 






A ver si queda claro, era más que una atracción del Zoo. 






Para mí era "El Elefante", representaba a su raza, al concepto de elefante, a toda su historia, a toda su tierra. 






Así me fuera a hacer un safari por áfrica, estoy seguro que a lo largo de mi vida no voy a tener muchas oportunidades de ver ejemplares de estas maravillas vivas. 






Mucho menos en mi país. No se si queda alguno vivo, creo que no. Ojalá que sí. 









Por esto y muchas razones que las dejo enterradas en la nostalgia, la noticia me conmovió. 


No voy a decir que me entristeció, que me hizo llorar. 



Pero sí sentí que el niño interior se removió (no estoy embarazado, es una metáfora). 




El niño interior se acordó de lindos momentos, de los olores, del tamaño, de la emoción, de la sabiduría que transmitía. 





¡¡¡El niño interior SÍ se acordaba de Dothy!!! 






Y ahora, por mi culpa, acababa de perder algo que no supe valorar. 












Así que la cosa terminaría en una mala noticia, hasta que leí lo que un blogger y periodista español escribió sobre el tema, que a su vez un medio local tomó y difundió. 




 


El análisis de un blogger...



Un gesto uruguayo de humanidad con la elefanta Dothy 





El zoo de Montevideo está cerrado al público para que muera en paz la elefanta Yothi. La noticia me la ha enviado la lectora, Ligia Valdrigli. He buceado en los diarios uruguayos y no he visto un gesto de protesta por esta medida de las autoridades. Hasta los niños que aman a Yothi como a su mejor amiga, lo han entendido. 



La elefanta, casi un emblema del zoo de Montevideo, sufre de una artritis irreversible, enfermedad común en esta especie de animales. 



Yothi que tiene 62 años había sido mamá de Leo, el primer elefante nacido en América del Sur y quedó viuda hace ya 28 años. Ahora la elefanta está entregando su vida. Según el director del zoo, Fernando Cirilo, se ha decidido cerrar al público las puertas del zoo “para que el animal muera en paz, con tranquilidad e intimidad en una fosa de agua donde encuentra alivio a sus dolores”. 




Ya en 1999, Yothi fue operada por el equipo del zoológico que consiguió curar la patología de la que sufría. Ahora ha vuelto a agravarse. 



Según Cirilo, todos estos cuidados especiales prodigados a Yothi se deben también a que se trata del animal que durante tantos años ha sido emblema del paseo y porque “es el animal más querido por grandes y pequeños”



Al leer la noticia, he pensado, como lo harán tantos lectores, en los miles de enfermos terminales que mueren solos, desatendidos muchas veces, olvidados, en los hospitales de medio mundo. Y podrían preguntarse: “¿Tanto mimo para un simple animal, un simple elefante, animal al que los millonarios del mundo cazan y sacrifican a tiros por placer en las sabanas africanas?” 







Yo lo he visto con otros ojos. Creo que todo gesto de compasión hacia un ser vivo, sea de nuestra especie o no, nos ennoblece. El gesto de los responsables del zoo de Villa Dolores, es un gesto humano con un no humano. Y siempre he sostenido que quién no es capaz de respetar a un animal o es capaz de maltratarlo o hacerlo sufrir, nunca será capaz de amar a su prójimo ni de ayudarle. Puede haber, y los hay, quienes aman a sus mascotas y después se olvidan del prójimo que sufre a su lado, pero nunca he encontrado a un torturador de animales capaz de hacer algo bueno por los demás. 







La elefanta, casi un símbolo para los uruguayos, está enferma desde hace tres años. En esta fase terminal, los veterinarios intentan calmar sus fuertes dolores, que se agravan por el peso del animal con antiinflamatorios y analgésicos. Yothi ha sido colocada en una pileta con agua donde siente menos su peso y se disminuye así su dolor. 



Me ha parecido, por parte de los habitantes de Montevideo, una ciudad bella y de gentes encantadoras, algo simbólico estos cuidados con la elefanta Yothi a la hora de morir, porque los elefantes son quizás los únicos animales que tienen el sentido y el culto a los muertos. 



Ellos se retiran a morir solos, cuando les llega su hora y veneran los huesos de sus muertos, tocándolos con su trompa varias veces, como en una liturgia que nunca sabremos lo que significa para ellos. 



Este blog, que siempre ha destacado sea la crueldad gratuita perpetrada contra los animales como los gestos de compasión y de afecto hacia ellos, al mismo tiempo que ha condenado las injusticias y atropellos contra los más débiles, sólo puede felicitarse y alegrarse por esa vivencia de humanidad de los uruguayos para con su elefanta Yothi, a la que desean que muera, como los hacen los de sus especie: en soledad consigo mismo, en paz y con el menor dolor posible. 



En un mundo en el que vivimos rodeados de guerras, crueldades, violencias, olvidos y egoismos, cualquier gesto que ennoblezca a nuestra especie, que tanto dolor crea en el mundo, cualquier gesto de ternura aunque sea con una elefanta moribunda, es un alivio pues nos recuerda que quizás podríamos ser diferentes: menos deshumanos.
 




Se pueden hacer muchas lecturas: 

Si realmente quieren a los animales, ¿por qué los tiene encerrados en condiciones totalmente diferentes a su habitat? 

¡¡Si hubieran querido que estuviera bien, la hubieran dejado en África/India!! 

¿¿Por qué no se le aplicó una inyección letal cuando se vio que la enfermedad era terminal?? 


¿¿Qué pasa cuando llegan los circos, con los abusos que les causan a los animales, incluidos los elefantes?? 


¿¿Por qué no se aplican las leyes existentes de defensa de los animales?? 


Y seguro que pueden surgir muchas más. 



Pero me parece, de verdad, que eso no es lo que importa, en el fondo. 





La situación era la que era. La elefanta, debiera estar o no, estaba. 





Y estaba muriendo. 





Y como bien menciona Juan Arias en el análisis, para los elefantes, esto es muy importante. 




Aunque no sabemos por qué. 





Como tantas veces, estoy seguro, la naturaleza ve cosas que nosotros no podemos ver. 




O no queremos ver. 




Así que, de todo lo malo que se puede desprender de acá, los invito a quedarse con lo bueno. 





Con lo muy bueno. Con el gesto. 




Es decir, esta vez, para variar, no tuvo más peso lo económico. 
Se cerró la puerta, se dejó de cobrar entrada. 
No se llamó a los medios para regocijarse en la muerte. 
No se cobró ticket para "VENGA A VER A LA ELEFANTA AGONIZANTE!". 
No salió ningún partido político a escandalizar porque se cerraba el Zoológico por un sólo animal. 
Ninguna vieja cogotuda salió a sacarse cartel por los 5 mangos que dona cada tres meses al zoológico. 
Nadie aprovechó para afanarse algo. 




Todo eso, esta vez, quedó afuera. 




No gobernó la violencia, no mandó la codicia, no imperó la desconfianza. 




Todo eso, esta vez y gracias al gesto de humanidad de los empleados del Zoológico, quedó afuera. 






Vaya entonces mi saludo grande para estos héroes anónimos. 





Vaya también para Juan Arias, quien con tan bella y simple descripción, rescató el momento. 

Y lo compartió. 









Espero haya sido de su agrado este pequeño descargo que hice. Sentía que tenía que sacarlo para afuera y pido disculpas si incomoda. No suelo hacer este tipo de posts.





Por ahora, esto ha sido todo. 

Agradezco tu comentario crítico, con buena onda. 

Comentarios ofensivos o bardo, incluso no relacionado al post, serán eliminados. 

Si Taringa ya no puede ser inteligente, por lo menos que seacivilizada

Saludos a todos

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